martes, 23 de marzo de 2010

AMORGOS, GRECIA

AMORGOS: LA ISLA GRIEGA DE LOS TÓPICOS

Si te piden que pienses en Grecia, seguramente la primera imagen que te venga a la mente sea el Partenón de Atenas. Pero si has de ir más allá, seguramente pensarás en alguna de sus islas del Mar Egeo, en alguna de las Cícladas, con sus pequeñas casas de blanco resplandeciente y con puertas y ventanas de color azul. E imaginarás innumerables pequeñas iglesias y capillas ortodoxas. Y señoras mayores vestidas de negro. Y playas paradisíacas donde estirarse al sol sin demasiada compañía. Pues ese lugar tiene un nombre: Amorgós, la isla griega de los tópicos.

Amorgós es una de las Cícladas menores y todavía se encuentra a salvo del turismo masivo. Como nos explica Anna Deligianni del departamento de cultura del ministerio de exteriores de Grecia, ‘es una isla muy tradicional, con gente muy sencilla con la que podrás conversar o bailar (porque todo es como una pequeña fiesta en esta isla) o simplemente sentarte a tomar ‘raki’ en cualquiera de sus cafés’.

De entrada, sólo parece una gran piedra en medio del mar, pero aquí ya florecieron las civilizaciones cicládica y micénica 3 mil años antes de Cristo. A pesar de ello, no fue hasta hace unos 20 años que se construyó una carretera que conecta el norte y el sur de la isla. Actualmente viven unas 1.800 personas y 25.000 cabras.

CHORA

Chora es la capital de Amorgós y se encuentra en el centro de la isla, a 400 metros sobre el mar para protegerse de los ataques de los piratas. Lo más característico son los históricos molinos de viento que ahora intentan reconstruir. Pero también lo son los estrechos callejones por los que no es difícil perderse y volverse a encontrar.

RELIGIÓN

Lo que nadie se puede perder en una visita a Amorgós es el monasterio bizantino de Chosoviotissa. Se construyó en el siglo XI colgando peligrosamente de un acantilado. Irene Giannakopoulou, presidenta de la asociación cultural Tholaria-Aegialis, nos explica que se construyó para albergar un icono de la Vírgen que llegó hasta aquí procedente de Asia Menor en una pequeña embarcación. El monasterio ha servido también para conservar la identidad de la isla. Sus monjes fueron los fundadores en 1827 del primer instituto de educación de la Grecia independiente actual tras la ocupación otomana. Diríamos que es el centro de Amorgós. Y cualquiera se preguntará cómo fue posible que se construyese en este lugar de tan difícil acceso y sin los medios técnicos actuales. Al principio vivían unos 100 monjes y actualmente, cada 21 de noviembre, los visitantes pueden venir y pasar la noche. Es realmente especial ver cómo el sol sale del mar por la mañana.

Es curioso que en el país de la filosofía la religión siga tan presente en el siglo XXI. Y todavía lo es más en lugares pequeños como Amorgós. No hay acontecimiento social importante que no esté presidido por el Pope de la comunidad. Amorgós es un lugar muy espiritual. Aquí la gente lleva una vida muy religiosa. Encontrarás muchísimas iglesias y cualquier santo tiene, en algún rincón de la isla, una pequeña capilla dedicada. Hay más de 350 de ellas. Un momento interesante para visitar la isla en primavera, durante las celebraciones de la Semana Santa católica ortodoxa, que no coincide necesariamente con la católica romana. Durante los días previos se pintan las casas. La noche de Viernes Santo, el epitafio de Cristo es llevado a hombros de los hombres jóvenes por las calles de los pueblos iluminadas con velas mientras algunas mujeres van rociando con perfume a todo el mundo. El Domingo de Pascua, tres iconos del monasterio de Chosoviotissa se trasladan a las tres zonas de la isla. Es decir, el monasterio visita a todos los fieles de Amorgós. La semana posterior hay celebraciones por toda la isla hasta que el domingo después de Pascua los iconos vuelven nuevamente al monasterio. Tras la procesión se prepara el ‘patatato’, un plato tradicional a base de cordero y patatas. Y se hace justo a la puerta de la iglesia.

NATURALEZA

Pero en Amorgós no todo es religión. La naturaleza es la gran protagonista en un lugar afortunadamente poco explotado y que se preocupa por el medio ambiente. Se pueden realizar grandes caminatas por el campo y las montañas. Uno de los elementos característicos del paisaje de Amorgós son los kilómetros y kilómetros de paredes de piedra. Vivianna Metallinou, arquitecto, nos explica que los habitantes de la isla se vieron obligados a cultivar las montañas por la falta de suelo. Con una paciencia infinita fueron colocando piedra a piedra y construyeron estas terrazas para que el agua no arrastrase la tierra y así poderla cultivar.

La gente de Amorgós destaca también por su simpatía y por su alegría de vida. En cada plaza, en cada calle, en cada café se puede improvisar una fiesta una vez se ha puesto el sol. Te harán sentir como en casa.

El mar te llevará a Amorgós. No hay aeropuerto, así que por mar llegarás en ferry desde Atenas o desde alguna de las otras islas cercanas. Las tranquilas aguas del Egeo te bañarán en alguna de sus playas. Las mismas aguas que sirvieron de escenario al cineasta francés Luc Besson para rodar su película ‘El Gran Azul’.

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